‘Nos creemos corruptos’

PERSONAJE. Antanas Mockus en su diálogo con Diario La Hora.
PERSONAJE. Antanas Mockus en su diálogo con Diario La Hora.

No es el Antanas Mockus de hace 22 años cuando ganó por primera vez la alcaldía de Bogotá, le cuesta moverse, hablar, ya no se viste de superhéroe, ya no se baja los pantalones en un auditorio ni puede dar largas caminatas con la gente como lo hacía en campaña para alcalde y presidente; el parkinson que le afecta desde hace siete años cada vez es más implacable en lo físico, pero en lo humano e intelectual Mockus es inquebrantable, su lucidez sigue intacta, el compromiso con la vida y con la gente es su motor, las sonrisas cuando habla muestran la alegría de seguir caminando, de seguir soñando en cambiar al ser humano.

Educador, irreverente, pacifista, honesto. Mockus transformó la forma de pensar y hacer la política en América Latina, y continúa siendo un referente de como incluir a la gente en los procesos sociales y políticos, de como desde la paz y la pedagogía se pueden realizar transformaciones profundas, en una sociedad donde la corrupción ha ido carcomiendo la esperanza de las personas.

¿Por qué la corrupción se ha tomado nuestros países?

Hay diversas explicaciones, la que me parece más veraz y más potente es que nos creemos corruptos, es decir nos vemos los unos a otros como corruptos, entonces cuando uno cree que los demás son corruptos baja la guardia, se resigna a copiar el comportamiento de los demás. Entonces si yo pienso que la mayoría de gente es corrupta tiendo a copiar ese comportamiento.

¿Qué rol cumple la ley, la moral y la cultura en los procesos de corrupción?

Dejamos mucho el tema en manos de la ley y no enfatizamos la norma social. La norma social a veces actúa de manera contradictoria que la norma legal. La ley dice no mates, pero la gente se inventa disculpas y termina generando un consenso alrededor de la norma que si uno encontró a la esposa con un tipo, uno no solo puede matar, sino que debe matar.

Lo mismo pasa con la corrupción, por ejemplo, según la ley del talión que hay en el Antiguo Testamento, si a uno le roban 10 dólares le duele como que le hubieran robado 27, y uno no queda en paz con la vida sino cuando uno recupera los 27. Si le devuelven a uno los 10 no basta.

¿Por qué tanta pasividad o resignación de los ciudadanos frente a la corrupción?

En las encuestas de cultura ciudadana nosotros medimos que en América Latina el 75% de gente piensa que los funcionarios públicos son corruptos, el 50% piensa que los demás son corruptos. Si uno mira sociedades como la francesa ser funcionario público es como ser sacerdote, hay respeto y dignidad a ese rol, y el respeto obliga a que la gente se comporte bien.

Si yo siento que la gente piensa que soy honrado, tengo que ser honrado, sería muy doloroso que la gente se desencantara, yo soy honrado seguramente más por el reconocimiento social que por el miedo a la multa o a la cárcel.

Lo que hay que hacer es alinear los sistemas reguladores; que por temor a la cárcel, por admiración a la ley, por autoestima, por temor a la culpa, por reconocimiento social o por miedo a la vergüenza, actúen de manera convergente. O sea que si la ley dice no robes recursos públicos, la conciencia también me diga lo mismo.

Hay que admirar a los que no roban y reconocerles públicamente sus virtudes.

¿Un político debe ser un pedagogo?

Sí, claramente el futuro de la política está en la pedagogía, creo que así como se hace un plan de inversiones, un plan de legislación, se debería tener una agenda pedagógica.

Usted alguna vez dijo “cuando las palabras se agotan queda el arte”. ¿Le hace falta arte a la política?

Sí, yo creo que a la gente le gusta el efecto de sorpresa que produce el arte. Nosotros nos inventamos una cosa que se llamaba 110% con Bogotá y pusimos afiches con esa consigna sin explicar nada, después de dos meses explicamos que uno podía estar con la ciudad más del 100%, y dijimos que si usted está el 110% con Bogotá paga sus impuestos, esa fue una forma de combatir la corrupción cuando se evade los impuestos.

¿Cómo hacer que la lucha en contra de la corrupción no sea un tema solo de las autoridades sino de cada ciudadano?

Tenemos que cambiar de comportamiento muchos, ojalá sea con una hora cero, es decir que a partir de tal hora y tal día vamos a cambiar tal comportamiento.

En el año 70 yo tenía un sueño de cambiar al ser humano totalmente, y lo que aprendí en la práctica es que hay que cambiarlo de a poquito.

Una vez un muchacho en Cali mal encarado me agarró la camiseta y me dijo: “Antanas usted puede ayudarnos a todos a ser mejores de lo que incluso hasta ahora hemos sido”, eso fue como un mandato, como una orden, una tarea para toda la vida. (FC)

LA FRASE

“A la gente le gusta el efecto de sorpresa que produce el arte”.

Antanas Mockus

Biografía

Antanas Mockus tiene 65 años de edad, es hijo de migrantes lituanos que huyeron de la guerra mundial, aprendió a leer a los dos años, tanto lituano como español. Bogotano. Estudió en Francia, es matemático y filósofo, fue rector de la Universidad Nacional, donde se bajó los pantalones en un auditorio ante cientos de estudiantes. Fue dos veces alcalde de Bogotá, para muchos el mejor, y dos veces candidato a la Presidencia de Colombia.

TOME NOTA

Antanas Mockus estuvo presente en el ‘II Congreso Internacional Ciencia, Sociedad e Investigación Universitaria’ organizado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Ambato.