Los capos…

AUTOR: Juan Sebastián Vargas

Un Jet privado y de lujo aterriza en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi de Asunción del Paraguay, en la pista los reciben algunos autos de alta gama y vidrios oscuros, escoltas y personal de apoyo como si fuesen estrellas de cine, no es necesario hacer el proceso migratorio de rigor en todo país, al final son los capos del fútbol con más privilegios que cualquier diplomático del mundo, inmediatamente los trasladan a la Confederación Sudamericana de Fútbol, se hospedan en la mejor suite del mejor hotel de la capital paraguaya justamente junto a la sede de la Conmebol o mejor llamado el hotel de las estrellas, los tratan como reyes y no es para menos existen muchos intereses oscuros de por medio, entre ellos estaban el ya fallecido Julio Grondona de la Asociación del Fútbol Argentino, Ricardo Texeira de la Confederación Brasileña de Fútbol y el mismo Nicolás Leoz que recibían coimas de alrededor de seis y siete cifras altas. Esta semana Alejandro Burzaco expresidente de la empresa Torneos y Competencias reconoció en la Corte Federal de Brooklyn en Nueva York que sobornó a varias federaciones sudamericanas para asegurarse contratos de televisión, además, entre los nombres involucrados están los de Luis Chiriboga de la FEF y Luis Bedoya de Colombia que para evitar que los mismos se fueran con otra empresa tuvieron que aumentar los sobornos de 400 mil a 600 mil dólares, para concretar estas operaciones se triangulaban transferencias a empresas offshore en las Islas Caimán, más de 4 millones destinados exclusivamente a coimas.

El fútbol ha sido un gran negocio para estos capos, utilizaron todas las herramientas para beneficiarse a tal punto que incluso concretaban varios partidos amistosos coincidentemente con selecciones con mercados muy atractivos como el mexicano justamente para dar a conocer a jugadores y claro los empresarios dueños de muchos de esos jugadores de la selección resultaban parientes cercanos de estos capos, todo estaba fríamente planificado y calculado, el negocio se quedaba en casa, por ahí dicen que la justicia tarda pero llega, y en efecto ahora cumplen sus penas en la cárcel donde deberían estar muchos más que aún siguen beneficiándose.