Espejo público

Acciones. Que valor tiene mas valor tus aciertos o tus erroes. (Foto de Internet)
Acciones. Que valor tiene mas valor tus aciertos o tus erroes. (Foto de Internet)

Nicolas Merizalde

Durante los últimos meses, incluso años, hemos sido testigos de cómo ciertas figuras públicas, personajes de todo ámbito social, político y artístico han sucumbido debido a sus errores personales. Los límites entre la vida privada y los asuntos de interés general en los personajes son cada vez más difusos.

Al respecto, la escritora y analista estadounidense, Claire Dederer, habla del problema dentro del mundo de los artistas que en sus palabras “hicieron o dijeron algo horrible y crearon algo maravilloso”, lo que los convierte en una especie de monstruos con los cuales no se puede dejar de sentir algo de fascinación ¿Debe la vida privada, los errores personales de sus vidas, influir en la apreciación de su obra?

Realidades

Ella pone como ejemplo a ese conocido escándalo sexual de Woody Allen dentro de su propia casa; las recientes denuncias de acoso en Hollywood han vuelto a poner el tema sobre la mesa.

Como ejemplo los casos de Kevin Spacey o Bill Cosby ¿Puede toda la monstruosidad de sus actos disminuir el valor artístico de sus trabajos? La autora no encuentra una respuesta a esa pregunta, se encuentra impotente al resolver el acertijo, pero va más lejos ¿Qué tanto de toda esta contradicción revela lo monstruosos que podemos llegar a ser nosotros mismos, los espectadores, fans o detractores del otro lado de la pantalla?

Y fuera del mundo del cine podemos encontrar otros muchos ejemplos: políticos que arruinan sus carreras por tener aventuras extramaritales o cantantes sancionados por sus creencias religiosas o políticas.

Actualidad

Para Zigmunt Bauman la modernidad nos ha traído una pérdida de las verdaderas preocupaciones públicas o sociales; eso que solemos llamar “las cosas que de verdad importan” como el desempleo, la corrupción, o la desigualdad.

Hace 60 años, los devaneos amorosos de Kennedy no resultaban trascendentes, pero para Trump ha sido más difícil lidiar con los escándalos de alcoba, que con el debate sobre las armas.

Entonces ¿cómo afrontar eso? La responsabilidad de las figuras públicas es probablemente mayor que en otras épocas. Lo que justa o injustamente se exige de ellos no es sólo el mejor nivel dentro de las cosas de su competencia, sino también a nivel personal.

Desde el ámbito de las relaciones públicas, los asesores expertos aconsejan medidas distintas dependiendo el perfil del personaje en problemas. Declaraciones, ruedas de prensa o simplemente hacer caso omiso son parte del plan rescate, a pesar de que el resurgimiento a la pureza y el aplauso resultan en extremo difíciles. Resulta que siempre se trata de un problema de atención ¿hacia dónde se dirige nuestra atención?