“Preso está el cuerpo, los ideales y el pensamiento de una persona son siempre libres”, es una de las frases que repite Cristóbal Gómez de 67 años, uno de los escritores ocultos detrás de cuatro paredes, quien ha encontrado en las letras su pasaporte a la libertad.
Su mirada fija en uno de sus libros asegura que es la lectura la que permite nutrirse de ideas, de sueños.
A pesar de que la vida siempre trae golpes, unos más duros que otros, es importante mantener la mente ocupada y lúcida, así describe su cotidianidad.
Cristóbal es uno de los internos de la cárcel de Ambato, quien por circunstancias de la vida cumple una pena, sin embargo, al contrario de muchos ha visto en este suceso una oportunidad que Dios le ha dado para desarrollar su potencial.
TOME NOTA
Cinco libros ha escrito Cristóbal, dos libre, tres privado de la libertad y está preparando tres más.Como tratando de dar respuesta a algo que se ha convertido en una pasión, Cristóbal asegura que el gusto por la lectura y la escritura lo acompañan desde la infancia, cuando en la escuela les impulsaban a redactar composiciones.
Poco a poco el gusto fue creciendo, pero fue entre las cuatro paredes de la cárcel donde encontró una inspiración mayor, puesto que han sido las letras su mayor fuente de esperanza.
Su obra
Tres libros ha escrito acompañado de la inseparable, la única fiel amiga que hoy permite nuevas experiencias, la soledad, mientras que otros dos los escribió afuera de la cárcel.
Una recopilación de cuentos denominada ‘La verdad social desde abajo’, fue la primera obra donde describe la realidad de una vida desconocida en centro de rehabilitación, luego la novela ‘El Manaba Julián’ desarrolló la confianza para continuar en las letras, así como ‘La abuela Honoria’.
Su pasión le ha permitido alcanzar un premio nacional, “algo que tal vez en otras circunstancias no lo hubiese conseguido”, reconoce.
Cristóbal ganó el segundo lugar de poesía a nivel nacional, concurso realizado por el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos en todos los centros de privación de libertad del país, con el poema ‘Dolor de olvido’.
“Escribir siempre ha sido uno de mis entretenimientos favoritos, y ahora que estoy detenido esta ha sido la forma que he encontrado para aprovechar mi tiempo y hacer publicaciones que me sirvan a futuro”, manifestó Cristóbal, al tiempo de motivar a sus compañeros a leer, y es por ello que está ahora a cargo de la biblioteca de la cárcel.
“Don Cristo un libro”, le dicen sus compañeros mientras él trata de incentivarlos a la lectura, y para ello pide un resumen y que le compartan de que trató el libro leído, resúmenes que va guardando en una carpeta de experiencias, de recuerdos o quizá de olvidos.
“En una forma de mantenerse libre”, dice mientras agradece a las autoridades por permitir aportar de esta forma y a sus compañeros por ser parte de esta nueva visión de vida pensando en el cambio que puede generar la lectura en su vida. (FCT)
Dolor de olvido
Amé la luz de la aurora
hasta el ulular del viento
del mar todos sus sonidos
y me faltó tu presencia
le pedí al tiempo paciencia
al comprobar que te has ido
para callar mi lamento
en esta doliente hora.
Amé el silencio gigante
cuando tu voz me abandonó
amé la fría soledad
que desgarraba mi alma
viendo perdida su calma
vagando por la inmensidad
y nunca más ya perdonó
por su dolor lacerante.
Ahora lloro como un niño
que ha perdido su juguete
y no se queda dormido
muy triste tiene el corazón
pues que no existe razón
para que le des tu olvido
y así el dolor arremete
al no tener tu cariño.
Tu cuerpo se volvió esquivo
a mis besos y caricias
tus ojos a mis miradas
a mis palabras, tu oído
ya no les hallan sentido
las promesas agotadas
agotadas las delicias
el dolor del olvido vivo.
EL DATO
Los libros de Cristobal los pueden adquirir en la tienda Ventas dignas CRS Ambato, ubicado en la calle Sucre y Guayaquil.