Desarrollo equilibrado

Pablo Balarezo

En las actuales generaciones, y más, en la de los jóvenes, falta educación de calidad con principios, con valores morales y éticos, sabiendo que, en la vida es esencial, y que, al mismo tiempo, determina oportunidades para llegar al sitial más alto de la escala social, económica, política, pero, además, es de importancia suma, la calidad educativa de sus padres y la recibida de ellos. Mientras más bajos son los ingresos de la familia, más difícil combatir la pobreza, más complejo desarrollar la educación e impulsar el crecimiento económico. Todo esto se debe a que, de las 50 economías del mundo con las tasas más bajas de inestabilidad y postergación de la educación, 46 son economías en desarrollo.

Esto sintetiza el contemporáneo panorama de adoctrinamiento ramificándose en el comportamiento humano con sus perspectivas políticas revolucionarias imbuidas por figurones amañados con acuerdos “comunistas”, desdiciendo la lógica del desarrollo ciudadano: Quebrantándola, fundándola únicamente para resolver necesidades personales.

Con mayor inversión pública, calidad de gasto con procedimientos honrados y transparentes, las oportunidades de trabajo, prosperidad equilibrada con razonables salarios, serán índices ciertos de cambio en el comportamiento humano, hoy, desesperadamente aniquilado por la delincuencia, hambre, odio, desigualdad, transgresiones que, afectando al bien común, frenan con indolencia agresiva, el mejoramiento de la enseñanza aprendizaje en todos sus niveles, y se acrecienta la pobreza atrapando a los más vulnerables. Mientras continúe el ilegal sistema de elecciones permitiendo organizar movimientos y partidos políticos deshonestos y una cadena de corrupción conviva marginando al trabajador decente, no se romperá el ciclo de desigualdad.