Duque o Petro

Juan Sebastián Vargas

Para este domingo estaba interesado en escribir un artículo sobre las elecciones en Venezuela, pero tremenda tomadura de pelo no amerita ni unas pocas palabras, por lo que mejor quiero hacer una breve reflexión a propósito de las elecciones en Colombia, hay que ser muy enfáticos, pese a que nuestro vecino ha vivido un conflicto armado interno que duró décadas, debemos reconocer que la democracia y el orden constitucional que han mantenido es un ejemplo para Latinoamérica, sus gobernantes en su gran mayoría han actuado con coherencia y raciocinio, su economía es el más vivo reflejo de esta estabilidad democrática, mantienen un PIB per cápita sobre los 14 mil dólares, una inflación del 5,75% y con moneda propia, además, están considerados como uno de los países más competitivos de América Latina y están dentro de las cuatro economías más grandes de la región, en términos generales y en comparación a los gobiernos autodenominados “progresistas” que han querido instaurarse en algunos países, Colombia nos ha demostrado que el libre mercado y el apoyo al sector privado han sido fundamentales en su desarrollo.

Tuve la oportunidad de visitar Bogotá en el 2015 y me encontré con una ciudad muy distante de lo que era en años anteriores, descuidada, desordenada, con basura en las calles y mientras me dirigía en taxi hacia el cerro de Monserrate tuvimos que cruzar obligadamente por el centro y se podía evidenciar la falta de zonas de tolerancia, el mismo conductor nos explicaba que todo se debía a la deficiente administración de Gustavo Petro que ahora busca la presidencia del país, este exguerrillero del M19 y excongresista tiene dotes de buen orador y su gestión se ha enmarcado en la lucha contra la corrupción, lamentablemente la historia nos ha demostrado que las intenciones “progresistas” llegan a ser una utopía que en la práctica no funcionan, a estas alturas los países no pueden improvisar, si partimos de esa premisa la opción más sensata debería ser Iván Duque, su preparación académica, además, de su visión política y económica lo certifican como la persona más idónea para gobernar Colombia, un político sin vicios populistas y con un criterio moderado de hacer política de forma coherente.