Mientras usted…

Carlos Arellano

Mientras usted, cubierto por un manto de xenofobia, lee esta nota, una familia venezolana está obligada a abandonar su país de nacimiento con la esperanza de mejores días.

Mientras usted los tilda de delincuentes, de seguro varios «chamos» empezaron una larga, incierta e insegura caminata de al menos 20 días entre Cúcuta (Ciudad colombiana fronteriza con Venezuela) y Carchi, añorando la próspera Venezuela de décadas pasadas.

Mientras usted exige a nuestros gobernantes cerrar las fronteras y exige la expulsión de los que están en Ecuador, cientos de hambrientos venezolanos duermen en calles, quebradas y construcciones abandonadas en distintos países de la región.

Mientras usted, protegido por la pantalla de un teléfono celular, los critica, abochorna y humilla, adultera noticias y videos para catalogarlos de saqueadores (avergüéncese por difundir noticias falsas y malintencionadas), ellos en su mayoría buscan formas honestas de generar recursos para alimentar a sus familias.

Mientras usted tiene acceso al sistema de salud, algunos llegan al país con enfermedades catastróficas o portadores de enfermedades erradicadas en el Ecuador, buscando alivio para sus dolencias; no le roban las medicinas, ni le quitan su derecho a la salud, su desprecio en cambio pretende arrebatarles el derecho a una vida digna.

Mientras usted los califica de oportunistas por abaratar la mano de obra, olvida comprender que el ecuatoriano es quien precariza la oferta laboral al pagarles sueldos miserables, sin acceso a la seguridad social y otros beneficios de Ley.

Mientras usted siente alegría puesto que el Ministerio del Interior, violentando la Ley, permitirá únicamente el ingreso de venezolanos que cuenten con un pasaporte, los chamos no pueden acceder a este documento por su alto costo y por la escasez de especies que vive el país llanero. Una política migratoria errada no resolverá esta crisis, por el contrario, aumenta el riesgo de que muchos caigan en redes de coyoterismo, prostitución o tráfico de drogas.

Alguna vez el Ecuador vivió entre el dolor, la miseria, el desempleo, la hambruna, la enfermedad y la migración… jamás lo olvide.