Promoción 1977-1978.

Jaime López

…de Carlos Rubira Infante debe anidarse en el alma de todo ecuatoriano, que sienta a su país como lo sentía él. Luego de guayaquileño, ante todo soy ecuatoriano, decía con fervor intenso el Maestro que demostró a través de sus 600 y más composiciones, que su patria, sus comarcas y ciudades, vivían integras, en su interior, no desmenuzadas por el regionalismo absurdo, que a muchos de los mandatarios, que lo tuvieron como ideología política, los impulsó no a construir una nación, si no un conglomerado que tantas y tantas veces ha estado a punto de desmoronarse.

Como hoy ocurre con la canción nacional, deformada por la aceleración de su ritmo original, maltratada por el marketing y por algo de la globalización generacional que resulta obligatorio entenderla so pena de vivir desclasado o retardado. Esta canción nacional que hoy, por la triste ausencia de quien la hizo vivir a plenitud en la segunda mitad del siglo pasado, se la recuerda con el inmenso cariño que jamás debe disminuir. Sobre todo aquí en Ambato donde el Maestro Carlos Rubira vivió algo más de cinco años, desde 1944, desarrollando una actividad cultural y musical, dedicada a los niños, en sus programas que realizaba como director de las Radios Municipal y Continental.

Muchas anécdotas se cuentan sobre don Carlos. Sobre todo aquella que refería un distinguido ambateño testigo del encuentro que ocurrió en el parque Montalvo entre el alcalde Neptalí Sancho y Carlos Rubira, pocos días después del terremoto de 1949. La angustia y nobleza del Alcalde Sancho, sugirió al cariño del compositor que creara una canción para que el ambateño supere el desastre y recibió como respuesta la composición de uno de los himnos que ennoblecen la historia musical de la ciudad y de la Patria.

El Altivo Ambateño, lleno de imágenes y solicitudes profundas sobre lo que deben hacer y pensar los que fueren afectados por los sismos. De manera extraña, muchos biógrafos de don Carlos Rubira eluden su paso por Ambato y Tungurahua. El Altivo Ambateño como que los cantores lo olvidaron algunos años, hasta que el grupo emblemático La Rondalla Ambateña lo revitalizó hace 30 años con profunda dignidad y cariño para un emblema y un compositor que siempre estará en el corazón de la ciudad.