Negocio politiquero

Asambleístas renunciantes van por otro cargo de elección popular, y, van a ser reemplazados por esposos, esposas, hijos, ahijados. Negocio redondo para una vida redonda llena de “patriotismo”, capitalismo salvaje, nepotismo, corrupción, en otras palabras, viveza criolla acomodada a la herencia de latisueldos, mientras, la pobreza se desenvuelve en su misma esfera de desocupación sin siquiera un ingreso miserable. El ejercicio de la política con honor se ha perdido del ínfimo nivel de la ética, tornándose en antípoda recurriendo a la práctica de picardías, intrigas, mañoserías para servirse del Estado, satisfacer su apetito monetario y solventar su economía, enderezar sus influencias y poder. La inspiración de Patria, de servicio, se ha desvanecido del alma de politiqueros que, no creen en el patrimonio del honor, democracia, libertad con leyes y reglamentos emancipando la grandeza de una sociedad trabajadora, honesta, respetuosa, aligerando la economía de la patria grande. La cobardía politiquera es mezquindad irresistible enmarañada de astucia, de habilidad para engañar, de conveniencia calculadora para sacar provecho de cualquier dignidad. Para ello, se multiplica con su familia, sin vergüenza alguna, sin inmutarse se aprovecha de su arbitrariedad contaminando a instituciones que, deben ser sólidas y respetables como la gobernabilidad. La descomposición de partidos y movimientos políticos ha deformando el pensamiento del pueblo, por lo que, su exigencia de compromiso de justicia, honorabilidad, seguridad, desafortunadamente, muchas veces, entrega a personajes obscuros negociantes del Poder. Romper el malhadado negocio politiquero, es tarea urgente de pueblos tutores de la democracia, libertad, independencia. Herencia consecuente para hijos y nietos.