Un Prefecto filosófico para Tungurahua

El Dr. Manuel Caizabanda originario del pueblo Salasaka, sabía que llegaría a ser el primer indígena Prefecto de Tungurahua; así como llegó a ser el primer médico indígena, el primer alcalde indígena de Pelileo, el primer académico docente universitario indígena. Su filosofía andina le permitió comprender que todo lo que existe en la vida humana sin importar geografías o condiciones sociales, se convierte en un lazo de relaciones, donde cada cosa remite en otra u otras. Es un principio holístico de relacionalidad que explica las consecuencias que tienen que ver con la trascendencia y la cotidianidad.

La visión citadina-urbana no permite entender que en el mundo andino haya este principio filosófico de relacionalidad, si habría un acercamiento a las lógicas que subyacen en este principio, no habría causado tanta sorpresa en ciertos círculos de políticos tradicionales que el Dr. Manuel Caizabanda haya ganado las elecciones como Prefecto de Tungurahua.

Las candidaturas más apostadas estaban sujetas a cálculos tradicionales de votación urbana, afincada en haber ocupado espacios como Gobernación, Vicealcaldía, Dirección de Recursos Hídricos, Viceprefectura, Concejalía; tenían como factor común la promesa de seguir con el llamado Nuevo Modelo de Gestión establecido en 19 años de la saliente administración del GAD Provincial, atiborraban postes y muros con propaganda, recorrían en caravanas ruidosas con decenas de autos la parte céntrica de los cantones, exhibían continuamente cuadros estadísticos en los que nunca aparecía el binomio Caizabanda-Haig.

Mientras tanto el binomio Caizabanda-Haig, bajo el principio de la cosmovisión andina de complementariedad, caminaba de plaza en plaza, de comunidad en comunidad, explicaba en español y kichwa según sea el público, el plan de trabajo hacia la productividad, turismo, vialidad, cultura, deportes y seguridad, para lo cual se crearía un centro de investigación e innovación tecnológica para los sectores productivos, análisis de suelos, uso de semillas certificadas, insumos agrícolas orgánicos, capacitación, vías y señalización, construcción de nuevos embalses, represas y canales de riego, comercialización, centros de acopio, presencia activa de Gobiernos Municipales y parroquiales, cadenas de comercialización directa, modelo asociativo y cooperativo. Es decir una forma filosófica andina de hacer política.