El observatorio ‘Guadalupe’ deja de monitorear al volcán Tungurahua después de 20 años

Situación. Solo el sello del Instituto Geofísico permanece en lo que fue el observatorio.
Situación. Solo el sello del Instituto Geofísico permanece en lo que fue el observatorio.

El observatorio ‘Guadalupe’ que se ubicaba en Pelileo funcionó en el cantón durante 20 años.

El proceso eruptivo del volcán Tungurahua en 1999 determinó la instalación del observatorio ‘Guadalupe’, ubicado en Pelileo, instalaciones del Instituto Geofísico encargadas del monitorio permanente del coloso de la provincia.

Situación

El pasado lunes 9 de mayo Alexandra Ocles, secretaria del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, se reunió con varias autoridades de la provincia para tratar sobre las políticas de gestión de riesgos, ante cualquier eventualidad natural.

Ocles mencionó que en 2017 se anunció el cambio de alerta del volcán de amarilla a blanca, decisión tomada en los informes del Instituto Geofísico que indicaban la baja actividad del coloso de la provincia.

La funcionaria indicó que el volcán ya no tiene la misma actividad que hace 18 años, motivo por el cual se planteó retirar el observatorio ubicado en Pelileo, sin que eso signifique dejar de monitorearlo, pues esta labor se realiza desde Quito.

Criterio

Ante esta decisión Manuel Caizabanda, prefecto de Tungurahua, indicó que esta disposición deja intranquilos a los habitantes de la provincia, motivo por el cual solicitó una reunión con la Secretaria del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias.

De igual forma indicó que se realizará una excursión al volcán con otras autoridades para verificar su situación y la de sus pobladores.

¿Para qué servía el observatorio?

El observatorio se instaló en un lugar privilegiado, pues su ubicación permitía hacer observaciones directas del flanco noroccidental del Tungurahua, ya que está situado a 13 kilómetros del cráter.

En sus instalaciones se recibían todas las señales de los instrumentos de monitoreo instalados en los flancos, además, de la información vía radio comunicada por los vigías que se encuentran en las comunidades aledañas.

Toda esta información es procesada y evaluada por los científicos en Quito, datos que a la larga permiten delinear los escenarios más probables del comportamiento próximo del volcán, los que posteriormente son remitidos a la comunidad en general por medio de informes especiales.

Sus instalaciones estaban operadas por un científico senior y un asistente, quienes realizaban turnos de ocho días. Ellos registran la actividad visual y audible, reciben y evalúan las señales de entrada de la red de monitoreo del coloso, prestan apoyo a los científicos, estudiantes nacionales y extranjeros que realizan trabajos de campo en el Tungurahua. (RMC)

DATO

En diciembre de 2017 se declaró al volcán Tungurahua en alerta blanca.