FaceApp, la aplicación que puede envejecer la fotografía de cualquier persona, está de moda. El lanzamiento de este filtro activó las primeras alertas respecto a los riesgos que corren los usuarios, considerando que la app no respeta ampliamente la privacidad y los servidores de la empresa propietaria podrían alojar fotografías, contenido multimedia y datos de analítica (opciones/servicios de mayor uso de la aplicación) de los consumidores.
Pero, ¿por qué esta app podría resultar peligrosa? Al colocar nuestro nombre y datos, creamos una vulnerabilidad futura para el reconocimiento facial. A pesar de que en nuestro país el uso de sistemas con reconocimiento fácil (controles biométricos) es escaso, en un mediano o largo plazo, este tipo de controles serán frecuentes e incluso obligatorios para el acceso a sistemas informáticos transaccionales. La imagen de un individuo manipulada mediante inteligencia artificial permitiría suplantar una identidad, vulnerar controles biométricos, acceder y manipular información privada.
Por enésima ocasión nos enfrentamos a una posible vulneración de la privacidad de los usuarios y el acceso no autorizado a información privada/protegida. Esta problemática se origina en parte por usuarios que proporcionan irresponsablemente información personal a aplicaciones de terceros y de dudosa reputación. Sin embargo, en Internet las complicaciones por acceso no autorizado a información confidencial son una parte de un conjunto de problemas y delitos informáticos.
El ‘phishing’, ‘cyberbullying’, ‘sexting’, ‘grooming’, ‘gossip’ son parte de la problemática que afectan a los usuarios de la red. Las víctimas son personas de cualquier edad con acceso a Internet. Por ejemplo, el ‘grooming’ (engaño pederasta) es un conjunto de estrategias empleadas por un adulto para ganarse la confianza de un menor y obtener concesiones de carácter sexual.
La protección de datos es una responsabilidad compartida entre los Estados, sus instituciones, las empresas de tecnología y los usuarios. Los países necesitan mejorar los mecanismos de seguridad y legislar a favor de los ciudadanos para evitar abusos y delitos que podrían cometerse en Internet.