El debate no termina

Imaginemos que un día su madre, esposa, hija, sobrina o amiga es violada y embarazada por su padre, esposo, abuelo, tío, compañero de trabajo, amigo o por cualquier desconocido. ¿Usted está de acuerdo que esta mujer vaya presa si decide abortar?

El debate por la despenalización del aborto en casos de violación, incesto o inseminación no consentida no termina. De momento la actual legislación permite interrumpir un embarazo cuando la vida de la mujer está en peligro o en el caso de violación a una mujer con discapacidad mental. Caso contrario, quien cause su aborto o permita que otro se lo cause será sancionado con cárcel de seis meses a dos años.

Obligar a una mujer violada a parir al producto de su violación es una de las formas más perversas de violencia contra la mujer. El Estado ecuatoriano ha demostrado su incapacidad de proteger la integridad física y sexual de niñas y mujeres en el país. Por tanto, el Estado no tiene la calidad moral para obligar a parir a una mujer cuando su vida esté en peligro u obligarla a parir a un hijo producto del incesto.

El incesto es una escalofriante realidad de la que poco se habla. Las estadísticas manifiestan que ocho de cada diez casos de violencia sexual ocurren en el círculo familiar. Mayoritariamente son niñas y adolescentes las víctimas de esta violencia, quienes son abusadas sistemáticamente durante años por sus parientes más cercanos.

La reforma legal no pretende promover el aborto como un método anticonceptivo como erróneamente han manifestado los grupos «provida». Al contrario, la reforma brindará la posibilidad de decidir si la mujer víctima de violencia sexual desea continuar con el embarazo sin el riesgo de ir presa si decide abortar.

Mientras en la Asamblea Nacional los legisladores golpean su pecho para “defender las dos vidas”, las mujeres continuarán interrumpieron sus embarazos en centros clandestinos y las niñas violadas serán obligadas a ser madres y condenadas a la pobreza. La Asamblea Nacional tiene la responsabilidad histórica de legislar a favor de las mujeres. ¿Cuánto tiempo más deberemos esperar por una legislación a favor de las niñas y mujeres de este país?