Música para oír y ver

Fabián Cueva Jiménez

Hace poco escribí sobre no detenernos ni paralizarnos en los sueños educativos, invoqué mayor presencia de la enseñanza musical en escuelas y colegios, identificándome como maestro en busca de servicio a la comunidad. Concluí en que todos deberíamos involucrarnos, no solo en la innovación educativa sino en la transformación, por el muy alto costo causado en los más de 10 años de confusión, maltrato y robo.

La ausencia de: libertad, justicia, respeto, tolerancia y participación en las instituciones educativas desmoronó todo, pero dio paso a “no olvidar para crecer” e iniciar la redemocratización de personas e instituciones.

El Conservatorio Nacional de Música, imbuido en la idea democratizadora de Eloy Alfaro, su fundador en 1900, ha presentado el proyecto “Conservatorio Itinerante” con la idea de generar actividades escénicas musicales para estudiantes en conciertos didácticos, en comunidad con el Ministerio de Educación.

Es una oportunidad para salir del confort al que se han acostumbrado los directivos ministeriales, para dar paso a lo que el músico ruso-francés-estadounidense Igor Stravinski recalcaba: “No basta con oír la música; además hay que verla”. La experiencia se edita con éxito en muchos países. Sin querer imitar porque las condiciones son distintas, en Finlandia, líder educativo en el mundo, actúan 150 conservatorios y 20 orquestas sinfónicas.

La idea en Quito es llegar a todos los estudiantes del distrito 17DO5, presentando conciertos de calidad técnica y pedagógica, unos asistiendo al teatro de la entidad, otros a la espera y llegada de las caravanas de educación musical. Se esperaría multiplicar.

El apoyo del gobierno es urgente y más de la empresa privada, porque los alumnos aprenden, participan creativamente y se divierten.
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