El asesinato ocurrió el 19 de marzo de este año, el procesado fingió que pretendían robarlo y fue por eso que asesinó a un hombre, pero luego la Fiscalía de Tungurahua esclareció el delito.
Una vez evacuadas las pruebas presentadas por la Fiscalía, el Tribunal de Garantías Penales declaró la tarde de ayer a Pablo H. como autor directo del delito de asesinato y lo sentenció a 22 años de privación de la libertad y al pago de una multa, que será notificada en la sentencia escrita.
Al principio del proceso el involucrado de este delito contra la vida mencionó que para impedir el robo, habría tomado un cuchillo de la cocina y procedido a matarlo en defensa propia.
Pero tras investigaciones, Lorena Cárdenas, fiscal de Tungurahua determinó que el hoy sentenciado era amigo del occiso por alrededor de cinco años y que incluso fueron compañeros de trabajo.
Según testimonios, Pablo entró a su hogar con varias manchas de sangre en el rostro, que alarmaron a su esposa que en ese momento llegaba del trabajo y la que luego llamó a la Policía.
La víctima tenía 30 heridas, dos de estas fueron mortales. Además según la investigación, el hoy sentenciado le colocó una funda plástica en la boca para acelerar la muerte.
En la audiencia de sentencia se evacuaron varias pruebas, entre ellas el resultado de la autopsia que determinó que la víctima era adulto mayor y que sufrió heridas mortales en el cuello; determinando así la materialidad como la responsabilidad del ciudadano de nacionalidad cubana. (EV)