Con el firme propósito de reactivar la economía por la crisis financiera y de salud que nos agobia, se da énfasis a la organización de microempresarios que con experiencia y conocimiento realizan emprendimientos.
Se dictan leyes y más leyes que quedan en lo escrito que en resumidas cuentas no son la solución por cuanto en algunos casos han sido tomados por politiqueros que con sentido clientelar las han propuesto y aprobado.
Proyectan la inversión de algunos miles de dólares para ferias, gastando recursos financieros, humanos y materiales, que no dan los resultados a quienes en verdad necesitan porque los obligan a salir, a gastar recursos y no obtienen en lo absoluto ganancias sino más bien pérdidas.
En la inauguración se llenan de funcionarios de elección y de nombramiento que luego del acto protocolario esperan que les “regalen”, se toman fotos y videos dejando en completo abandono a los productores o emprendedores; en algunos casos se les dañan los productos.
Hace unos días un experto internacional se admiraba que se gasten recursos, porque estas ferias deben ser presentadas sin gastos para la entidad, sino más bien gestionar a las empresas que se llevan el dinero a otras ciudades sean las que asuman los gastos, así de simple.
En las diferentes instituciones sean estas estatales o seccionales en los mandos medios existen empleados de hace algunos años que son los que deciden por su “experiencia” lo que se debe hacer, no se actualizan pero como son antiguos dominan a los nuevos y hacen de las suyas.
Pero no todo es negativo, un grupo de damitas se han organizado y todos los sábados madrugan y entregan comida y víveres en toda la ciudad especialmente en los lugares en donde se encuentran hermanos que solicitan una ayuda, bien por ellas, Dios las bendecirá siempre por esta acción humanitaria, sin fotos, ni videos, sin asesores. Solo con buena voluntad.