Emilio de Justo fue el triunfador

ARTE. El toreo con la mano derecha de Emilio de Justo.
ARTE. El toreo con la mano derecha de Emilio de Justo.

El matador de toros español Emilio de Justo fue declarado triunfador de la Feria Nuestra Señora de la Merced de Ambato, el torero recibió el premio concedido por la empresa Citotusa que gestiona el escenario taurino. La faena lograda al segundo toro de la tarde de la corrida de ayer, al que cortó las dos orejas, valió la decisión del jurado calificador.

El trofeo al mejor toro de la feria fue entregado a la ganadería de Vistahermosa que presentó al ejemplar Esmerado, lidiando por Álvaro Samper en el segundo lugar de la corrida del pasado domingo. La notable raza del animal supuso la consecución de una oreja por parte del torero compatriota.

Notable saldo artístico
Con un sobresaliente saldo artístico culminó ayer la Feria Nuestra Señora de la Merced de Ambato, resultado del destacado comportamiento de los doce toros que se lidiaron en los dos festejos taurinos, cumplidos con un alto porcentaje de reses que determinaron el lucimiento de los toreros.

En la primera tarde se cortaron un total de cuatro orejas. Una obtenida por Álvaro Samper del segundo toro de la tarde con el hierro de Vistahermosa; de igual forma, El Cid recogió un apéndice de un astado de Mirafuente y el joven Ginés Marín triunfo con fuerza al desorejar a un toro del mismo hierro corrido en sexto lugar.

En tanto, la tarde de ayer trascendieron por sus actuaciones Emilio de Justo que aprovechó al astado lidiado en segundo lugar y, Óscar Borjas y Francisco Cortez que lograron una oreja.

En suma, durante el breve ciclo ambateño, se adjudicaron un total de ocho trofeos, cifra que refleja con claridad y precisión la categoría del espectáculo que se vivió en la arena.

La gestión de la función taurina desde el palco presidencial, a cargo del conocido aficionado Álvaro Sevilla, también merece destacarse, por la observación y cumplimiento del reglamento, la oportuna administración de los momentos de la corrida a la hora de cambiar los tercios y, en especial, al conceder los trofeos.

Más allá de la labor de los toreros y el comportamiento de los astados, sacamos en limpio la impecable organización del ciclo de corridas, presente en el cuidadoso manejo de los detalles indispensables para el desarrollo de los festejos, la correcta presentación de los encierros y el mantenimiento y funcionalidad de la plaza de toros.

El caso es que Ambato vivió, una vez más, su anual feria con una oferta taurina que, estamos seguros, supondrá la cimentación y crecimiento de la afición en la capital de Tungurahua.