Estamos atravesando un tiempo de muchos cambios e incertidumbres.Varias cosas han cambiado de un momento al otro, entre ellas la rutina las familias.
Niños, adolescentes y jóvenes no están asistiendo a clase, y permanecer mucho tiempo en casa puede alterar las relaciones.
Lo que más necesitamos en estos tiempos es una comunicación positiva, lo que hace posible un ambiente de unión y afecto, con respeto mutuo y valores familiares.
Es necesario aprender estilos adecuados de comunicación con los hijos para apoyarlos, saber lo que piensan y sienten, y que sepan resolver conflictos.
Estos son ejemplos de formas cotidianos de comunicación en familia.
- Cepíllate los dientes.
- Deja de pelear con tu hermano.
- Apúrate y vístete.
- Deja de jugar.
- Levanta tus juguetes.
- Lava los platos, entre otras.
La mayoría de veces que los adultos nos comunicamos con nuestros hijos es para ordenar.
El tono de voz, y la forma de decirlo, tiene mucho que ver con las respuestas y comportamientos.
Cambiar las órdenes por preguntas, cambiará totalmente no solo la respuesta sino el comportamiento, la relación y la formación, por ejemplo.
- ¿Puedes hacer algo para no pelear con tu hermano? Ustedes son capaces, y yo confío en que pueden resolver las diferencias.
- ¿Qué planes tienes para tus tareas?
- ¿Qué hacer con los platos después de comer?
- ¿Qué puedes hacer para no llegar tarde?
- ¿Qué palabras puedes usar para que yo te escuche?
- ¿Qué hacer con los juguetes después de jugar?
La educación es importante, pero antes debemos asegurarnos de una sólida e importante base de confianza, conexión y alegría de vivir juntos y hacer cosas que nos gusten como familia.
Por: Rosa Chávez B.