Deuda inefable

En realidad no hay palabras para describir la ignominia que representa lo que han hecho con la seguridad social durante estos dos últimos gobiernos, siempre fue considerado como la caja chica de la cual desaprensivamente se sacaba los recursos frescos para tapar torpes manejos fiscales, pero nunca como ahora se lo ha exprimido tanto que sus pilares corren serio peligro de derrumbarse y no poder responder a sus verdaderos dueños que aportamos durante toda una vida laboral y esperanzados nos ayuden a solventar con dignidad un merecido retiro; tal vez la juventud que ahora mira estupefacta los latrocinios en sus arcas no sea muy consciente de lo que significa la posibilidad de su desaparición, seguro les duele aportar parte de sus ingresos para que una gavilla de rateros se festine los recursos y sepamos ahora que gozan de opulentas mansiones y esplendidos vehículos. Desde la creación del seguro campesino con ideales de solidaridad en época de la Izquierda Democrática no se preveía el descalabro futuro y más tarde la atención de salud para los menores de 18 años sin la debida financiación para rematar con la torpe decisión del innombrable embaucador que junto a los peones Ramiro González y Richard Espinoza desfalcaron dejando deuda y papeles de muy difícil cobro y actualmente en manos de alguien que propone como solución seguir desplumando la gallina de los huevos de oro. Recuerdo haberle preguntado al candidato Nebot en su primera campaña para presidente en los foros ciudadanos sobre qué haría sobre la seguridad social, su respuesta fue totalmente elusiva al tema, deduzco que era un tema de poco interés, se debe a quienes corran para una futura elección cuestionarlos seriamente sobre sus propósitos para con esas deudas y en su programa conste la necesidad emergente de rescatar al IESS de la voracidad intolerable de mafias enquistadas en su interior y del reparto perverso como botín político.