Matrimonios arreglados en pleno siglo XXI

REGLA. Los menores firmaron un acta para asegurar que se casarán cuando sean mayores de edad.
REGLA. Los menores firmaron un acta para asegurar que se casarán cuando sean mayores de edad.

“El menor Adolfo (nombre protegido), se compromete a guardar respeto y fidelidad a la menor Carmen (nombre protegido). Una vez que ella cumpla su mayoría de edad, se compromete libre y voluntariamente a contraer matrimonio”.

Esta es una parte del documento que los padres de dos adolescentes firmaron para que sus hijos se casen cuando cumplan 18 años.

Parece que esta historia es sacada de un cuento del siglo pasado, pero no, el escrito se redactó el 30 de mayo de este año, en Quero, bajo el ‘aval’ de una abogada que redactó para las familias una acta de compromiso.

Contexto

Todo empezó porque un día Carmen se fue de su casa y se quedó a dormir donde Adolfo.

Los padres de la menor al enterarse que durmieron juntos enfurecieron, amenazaron a la familia de Adolfo, diciéndole que si no se casaba con su hija, lo acusarán de violación.

Fue entonces cuando decidieron ir donde la abogada que suscribió el acta de compromiso, que más allá del papel no tiene ningún valor legal.

Dentro de este documento se detalla que los gastos de la futura boda civil y religiosa estarán a cargo de la madre de Adolfo.

Además, se aclara que si alguna de las dos partes incumple el acuerdo pagará una multa de tres mil dólares.

Según Pablo Poveda, coordinador de la Clínica Jurídica de Derechos Humanos de la Fundación Alli Causai, esto tiene que ver con las tradiciones que aún existen de matrimonios arreglados basados en creencias culturales.

“No es extraño, usualmente pactan estos matrimonios de hijos que son menores de edad, pero este documento es la consagración de que siguen martirizando a los adolescentes y comprometiéndolos por haber tenido relaciones sexuales. Los adultos creen que por eso tiene que casarse y por eso condenar su vida, porque quizá luego decidan no estar con esa persona”, dijo Poveda.

Cuestionamiento

Poveda asegura que el cuestionamiento ante este hecho es si los adultos tienen derecho a obligar a los menores de edad a hacer cosas. “No existe ninguna ley que permita que dos personas firmen un acta de compromiso que obligue a otros a hacer o no tal o cual actividad. Ellos están en libertad de decidir si luego quieren o no seguir, se están vulnerando sus derechos porque nadie puede decir por ellos”. (APQ)