Presidente: se agota el tiempo

Las señales de alarma sonaron. Aunque el vicepresidente Jorge Glas va a juicio penal, por el caso Odebrecht, con doce implicados más y marca un antes y un después en la “cirugía mayor contra la corrupción” ofrecida el 24 de mayo, las cosas no mejoran.

Ese divisor de aguas no modifica la principal preocupación, relacionada con el inadecuado manejo económico, aún en manos de quienes fueron parte del “endeudamiento salvaje” en la “década robada”. Los Rivera, De la Torre y Martínez se desentienden con lo sucedido en esos diez años.

Un paquete de reformas, pomposamente llamado ‘Plan de Reactivación Económica’ pareció ser como pasar el sombrero a quienes no se involucraron con el irresponsable manejo de las cuentas públicas en los gobiernos de RC: los contribuyentes. La cuenta de la farra de diez años la quieren cobrar a quienes no participaron de la fiesta.

Asombra y extraña que muchos, antes alineados con el correato, hablen de no más tributos a la gente, cuando ellos mismos, como funcionarios o asambleístas, aprobaron sin resistencia los paquetes urgentes que enviaba RC para cargar de impuestos al pueblo, sobre todo en tiempos de déficit fiscal (baja de los precios del petróleo o el terremoto de Manabí). Presidente, renueve y oxigene su equipo económico.

Sumado a eso, sigue la pelea –que a pocos interesa- en Alianza País, entre “morenistas” y la “iglesia de los correístas de los últimos días” disputándose palmo a palmo la presidencia del movimiento político, sin que aparezca una leve señal de que eso tenga efecto positivo para el país. Por cierto, al exministro y asambleísta Espinoza no le juzgarán por los casos de abusos a menores en colegios y escuelas.

Los Patiño, Rivadeneira, Soliz y otros advenedizos de sus otrora felices días en tiempos de RC, son rivales a muerte de sus camaradas alineados con las tesis de a quien el CNE -los del apagón electoral- considera presidente del movimiento de gobierno (Moreno). Una paradoja cruel: hay comité y código de ética en AP. Más grave: la consulta popular se desinfla, cuando puede ser la única arma para enterrar, para siempre, al correísmo.

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