Asamblea: florece el clientelismo

Los intereses del país deberían estar por encima de todo. Es notable el desencanto por el mal manejo político de (y en) la Asamblea Nacional, que obstaculiza cualquier iniciativa seria de reforma estructural. A los populistas que hay dentro, este tópico les resulta incómodo. Es un hecho palpable la demorada conformación de las comisiones legislativas y el “tira y afloja”· del que salieron.

Esa designación provocó un virulento choque de opiniones y señalamientos. Desconfianza, indignación o incluso rechazo en la opinión pública suscitaron los cabildeos, y el “quítate tú para ponerme yo” que caracterizó el proceso de estructurarlas. Sin embargo, enfrentar los complejos problemas sociales y económicos que nos agobian a todos los ecuatorianos es una tarea inaplazable.

Siguen sobre la mesa los problemas de desempleo, pobreza, inseguridad, narcotráfico, desigualdad, violencia, grandes desafíos en salud y educación, así como en seguridad social. Es tiempo ya de combatir la opacidad en la acción de la Asamblea. Como suelen decir los marxistas, es en la práctica donde se tiene que demostrar la verdad. Es mucha la teoría y poca la praxis en procura de soluciones.

En Ecuador hay quien viendo no ve, y oyendo no oye, ni entiende. A dónde vamos, cómo vamos y con quién son preguntas que deberán abordarse. Este es el meollo de la crisis de gobernanza del parlamento, un amasijo de complejidades impenetrable. El clientelismo sembrado y cultivado en la Asamblea se niega a desparecer. Sanearla es algo básico, pero que nadie sabe cómo concretarlo. Solo en el tiempo estaría la respuesta.


Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión”. Paul Auster. Novelista y poeta estadounidense (1947)
Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río”.Nikita Jrushchov Político ruso (1894-1971)