Entrevista: Miguel Molina Díaz: ‘Debo confesar que llevo bien el encierro y el aislamiento’

Autor. En el Taj Mahal, en India, durante una de sus travesías. (Foto: Cortesía)
Autor. En el Taj Mahal, en India, durante una de sus travesías. (Foto: Cortesía)

Damián De la Torre Ayora · Son 17 textos, 17 gotas, que dan vida a un aguacero titulado ‘Cuaderno de la lluvia’. Se trata de una compilación de crónicas del escritor y periodista ecuatoriano Miguel Molina Díaz, quien actualmente se encuentra en EE.UU.complementando sus estudios.

Trotamundos geográfico y literario, Molina desde sus adentros conduce al lector a Roma, Ámsterdam o Nueva York, al derrotero de Manuela Picq, al alba de Pancho Segura y al ocaso -por así decirlo- de Bob Dylan.

El PDF del libro ya está disponible para el público desde las cuentas en redes sociales del periodista, pues liberó este material para que la cuarentena por el coronavirus tenga a las letras como compañeras.

La compilación tendrá un lanzamiento oficial este 04 de abril, a las 15:00, a través de un Facebook Live vía Diario La Hora. La presentación estará a cargo del escritor Rafael Lugo Naranjo.Como abrebocas al evento, Molina compartió parte de su proceso literario y cómo habita el aislamiento lejos de casa.

Una oportunidad para compartir, pero ¿cómo mira el postcoronavirus para el escritor y los creadores en general?

Siento que el coronavirus es un acontecimiento inevitable en la cultura y en la memoria de la humanidad, como las guerras mundiales u otras pandemias. Cuando pienso en lo que estoy escribiendo, me parecen remembranzas de otro siglo, de otro mundo. Es probable que los creadores se vuelquen a reflexionar sobre esta crisis, pero creo que ese trabajo llevará décadas, y requerirá también miradas más reposadas que las que podemos ofrecer ahora, en medio del caos. Me parece que esta catástrofe es, o debería ser, un momento de consciencia sobre nuestro modo de vida, el modelo económico que privilegia el capital frente al ser humano, la fragilidad de nuestros cuerpos y entornos.

¿La escritura y la lectura resultan las mejores cómplices del encierro?

Esta experiencia, indudablemente, nos devuelve a la importancia del arte. Quizá ese es el gran mérito de una gran canción, de un gran libro o película, de una pintura: acompañarnos cuando más lo necesitamos. No todas las personas tienen la suerte de poder leer en estos momentos. Muchos estarán tratando de sobrevivir en la precariedad que la cuarentena ahonda. Pero sí pienso que los humanos podemos encontrar mucha energía en las creaciones de los artistas, a todo nivel.

¿Cómo fue el proceso de este ‘Cuaderno de la lluvia’?

Me pregunté si como literato podía contribuir positivamente a este momento duro y me di cuenta de que lo único que tengo para ofrecer es lo que escribo. Reuní aquellos textos de no ficción que, con el paso de los años, no me avergüenzan, a los que tengo cariño por algún motivo. Al armar el libro descubrí que el proyecto fue una forma de combatir mi propia angustia, dentro de mi cuarentena en Nueva York. También me doy cuenta de que el libro no es un proyecto genuinamente periodístico, son viajes y búsquedas existenciales, el proceso lento de envejecer en una persona joven, un trayecto interior. En algunas crónicas hay desastres, como el terremoto de Manabí. Y también esperanza. El título es un homenaje a (Julio) Cortázar y al cuento en el que relata los viajes de los cronopios, en los que llueve y todo les sale mal, pero ellos siguen encantados con el hecho de estar vivos y recorrer lugares.

Vive solo en EE.UU., ¿cuanto influye ese desarraigo en su escritura?

El desarraigo es uno de los temas recurrentes de mi vida, no solamente por mis desplazamientos físicos, sino también porque el acto de la escritura es móvil, inestable. Por estudios he podido estar fuera del Ecuador periodos cortos y largos. Y la verdad es que uno va perdiendo ciudades. Pienso con mucha nostalgia en Quito, pero cuando estoy allí me quiero ir. Igual me pasa acá o en cualquier sitio. Pronto volveré a los Andes y hoy eso me emociona. Creo, sin embargo, que mis Ítacas, más que lugares son estados de mi espíritu, cierta libertad, ciertas memorias, la lengua, el amor, el olvido.

Dado los procesos de soledad, ¿Miguel Molina es una pluma en cuarentena?

Debo confesar que llevo bien el encierro y el asilamiento. He descubierto que soy versátil, y así como amo los viajes y las ciudades, me atrae mucho la vida monástica y la soledad. Siempre he pensado que la soledad es un espacio idóneo para la lectura y la escritura, y en ese sentido mi pluma ha llevado muchos años en cuarentena. Pero también es cierto que esta cuarentena, externa e irremediable, no es un espacio tan idóneo, porque está signado por la angustia, la ansiedad, el miedo a perder seres amados, la incertidumbre frente al mundo.

Perfil

Miguel Molina Díaz (Quito, 1992). Abogado, periodista y escritor ecuatoriano. Actualmente, termina su maestría de Escritura Creativa en la Universidad de Nueva York. Entre otros medios, ha trabajado para La Hora, El Comercio, La República, Mundo Diners. En 2017 publicó su poemario ‘Postales’ y ha publicado cuentos en antologías. ‘Cuaderno de la lluvia’ es su libro de crónicas de viajes y fue publicado para descarga gratuita en la cuarentena por el Covid-19.