El botín político en coronavirus

“La voracidad de los corruptos” del atraco de sobreprecios en la compra de medicinas e insumos de salud en los hospitales y la debilidad de la justicia se destila en pocas gotas. Denuncian los portales digitales que el Estado perdió $3 millones.

La metástasis del Hospital Teodoro Maldonado del IESS de Guayaquil en uno de los excesos que subió a 1088% en el centro médico que más recibe presupuesto, $70 millones. Jorge Rodríguez, de la Comisión Anticorrupción, asevera que el gobierno sigue repartiendo prebendas a los políticos.

El modus operandi es vía puja. José Luis Llerena, cuñado de Jacobo Bucaram, en julio de 2018 vendió materiales de curación de uso general, repartidos en $733.000 por 98.798 litros de alcohol potable de 70 grados, $14.000 en agua oxigenada y tintura de benjuí por $34.000. Las grandes cantidades de alcohol compradas -casi 100 mil litros- llaman la atención a quienes conocen este mercado, ya que se pagó $7,42 por litro, cuando en cualquier farmacia se vende a no más de $3,20. Los proveedores pueden ser hermanos y compiten sin antecedentes societarios con la salud: la representante de la compañía proveedora Arthromed, Alexandra Machado Gallardo, propietaria de “Las hamburguesas de La Gasca” de comida chatarra, devino en vendedora de medicinas para hospitales. Este año ya se han firmado contratos por más de $20 millones en insumos y aparecen de nuevo nombres de los mismos contratistas que estuvieron el año pasado.

La muerte súbita de un infarto del Prefecto del Guayas Carlos Luis Morales expresa la degeneración de la política. Fue arquero, periodista radial y tuvo 14 años de actividad política. Cerró por seis meses la prefectura para organizarla y terminó con grillete. Acusó a su exesposa y a sus hijastros de tráfico de influencias. Los alcaldes socialcristianos estaban por destituirlo. El expresidente del Perú Alan García se suicidó acusado de corrupción con Odebrecht. Morales se infartó y tampoco fue a la cárcel.

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