OPINION

Industria del placer

Por: Tito Peña

La constante evolución de los servicios sexuales es una aculturación en nuestro país de los países desarrollados, el cuerpo de la mujer se constituye como un simple objeto de placer, que los inversionistas ven en este negocio como-la gallina de los huevos de oro- refiriéndome a las utilidades muy grandes. A vista y paciencia de las autoridades se van autorizando de forma vertiginosa: bares, hoteles, cantinas, discotecas, macro burdeles, sexi-shops, espectáculos eróticos, agencias de viajes, paquetes turísticos, rutas de transportes, importando cosas de países extranjeros (el striptease, sexo telefónico, página web, correo electrónico, pornografía, casas de masajes, damas de compañía, club café, etc.).Son personas que buscan de lo ilegal convertirlo en legal, con la idea que la prostitución la mujer cobra por servicios sexuales, convirtiéndose en legal porque es un trabajo. Desde el punto de vista de las relaciones sociales, se ofrece un servicio de acuerdo al libre mercado bajo la oferta y la demanda, pero que a la final para los empresarios es una actividad económica sin importarles la visión moral, cultural, lo que les interesa es el lucro.
En la prostitución está implícita la violencia hacia la mujer para poder sobrevivir, el uso y abuso del cuerpo de la mujer, su figura esbelta y cada vez de menor edad por el pago de unos cuántos dólares se convierte el hombre en opresor, con violencia ejercida a las mujeres trabajadoras sexuales en algo asequible.
La mujer prostituida desde su punto de vista, ellas me han manifestado que realizan este tipo de trabajo porque no hay fuentes de trabajo y viven en medio de una comunidad hipócrita que las condena moralmente por hacer un trabajo que existe gran demanda de toda clase de hombres. La mujer prostituida es una trabajadora por una industria del placer.
La convención de la ONU de 1949 dice al respecto: “La convención estipula que los estados miembros deben prever medidas de rehabilitación para las víctimas de la trata de blancas y la prostitución.